Y siempre buscando su felicidad llegaba a puertos donde la incertidumbre
no concedía privilegios no obstante su continua búsqueda de realidad hacía eco
de miras y el rencor de los desbordes hacia ocultar su rebeldía.
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Advertido por la azafata se colocó el cinturón de seguridad,
se acercó a la ventanilla a observar el escaso paisaje que podía vislumbrar desde
la oscuridad de la noche, algunas luces desde la altura indicaban la presencia
de un pueblo, pequeño sin dudas por la escasez de iluminación. Aunque también
podría ser una gran ciudad apagada por los cortes de ahorro energéticos que los
Castros programaban desde el comienzo del período especial.
….cosas que no habían cambiado desde el derrocamiento del
campo socialista, cuando dejamos de ser aquellos parásitos alimentados por una
URSS que cambiaba petróleo por azúcar sin importar los precios del mercado,
únicamente para mantener la base de escuchas y vigilancia que mantenía a los
yanquis en raya.
David Lavín, finalmente al bajar del avión con su gordura
extrema, forjada a golpes de chucherías, golosinas, galletitas de chocolate y
sin dudas por la carencia de sexo y sudor; se agachó de rodillas lo mejor que
pudo y besó el suelo que pisaba, no se lo había propuesto, como aquel día al
pisar el aeropuerto de Madrid, pero sin dudas, amaba su tierra por encima de
todo y aquel gesto de peregrino le llenó de orgullo, casi deseando revolcarse
en la suciedad del suelo. Cuando pasado unos minutos logró levantarse, miró a
su alrededor para confirmar que no era el único que hacía reverencia a su
tierra y le pareció aquel culto al suelo, una simbiosis del voto musulmán.
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todo aquello que le
faltó en su infancia le fascinaba, entraba a los supermercados y pasaba horas
en los estantes de golosinas en cada compra llevaba algo diferente, intentaba
recuperar la infancia perdida, y gracias a ello se procuró un peso extremado en
una estatura pitufa.
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Cada vez que recuerdo aquellos infernales días, justifico cualquier presente por insoportable y cruel que pueda ser. No en vano se toman hoy estas decisiones suicidas, cualquier método que utilicen para evitar el encarcelamiento que sufren los presos políticos en Cuba es totalmente justificado. Y si muchas veces he alagado las contribuciones que hizo la revolución al ser humano, también he de machacar las injusticias que vienen sucediéndose desde que los Castros asumieron el poder en la isla. Argumentando que el fin justifica los medios.
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Cada vez que recuerdo aquellos infernales días, justifico cualquier presente por insoportable y cruel que pueda ser. No en vano se toman hoy estas decisiones suicidas, cualquier método que utilicen para evitar el encarcelamiento que sufren los presos políticos en Cuba es totalmente justificado. Y si muchas veces he alagado las contribuciones que hizo la revolución al ser humano, también he de machacar las injusticias que vienen sucediéndose desde que los Castros asumieron el poder en la isla. Argumentando que el fin justifica los medios.
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